Los suelos de tarima maciza están hechos de tablones fresados a partir de una sola pieza de madera. Su colocación se puede realizar: sobre rastrel de pino o pegada sobre soporte de cemento. Las tablas, normalmente, vienen machimbradas (con ranuras y lengüetas) para facilitar su colocación.

La gran ventaja que tiene este producto es su longevidad, debida a su grosor que permite realizar una serie de restauraciones en el tiempo (lijado y barnizado/aceitado).

Dentro de las tarimas de madera maciza, existen dos posibilidades en cuanto a su acabado superficial:

• Tarima Madera Maciza Barnizada: El barniz crea una película protectora sobre la madera y la frecuencia de su mantenimiento ira en función del desgaste.
• Tarima Madera Maciza Aceitada: El aceitado penetra en la madera dejando un acabado más natural. Se recomienda un mantenimiento periódico, cada dos años, aproximadamente.